Alguna vez escribí en esta misma web sobre ejemplos de grandes magnates que por afición al deporte rey, o como modo de enriquecerse un poco más, deciden invertir en algún club y convertirse así en el principal responsable de que lleguen nuevos y grandes fichajes a la entidad sobre la que toma control (o al menos cierta parte de él). En aquella ocasión le dediqué unas líneas al nuevo proyecto conformado por Peter Lim en el Valencia, el cual parece dar buenos resultados en sus primeras andaduras y hoy, quiero analizar el caso del Manchester City, uno de esos equipos que estuvo anquilosado durante años a la zona media de la tabla inglesa pero que, desde 2008, cuenta con el generoso talonario de Mansour Bin Zayed, miembro de la familia real de Emiratos Árabes Unidos, para llevar a sus filas a los mejores futbolistas de cada momento.
Así, la temporada pasada los ‘citizens’ revalidaron un título de Liga que, antes del talonario del jeque, no ganaban desde el 68. Pellegrini se había convertido en el nuevo entrenador y en su primer curso no pudo sacar mejor rendimiento el ingeniero. El City no sólo consiguió quedar por delante de su eterno rival, el Manchester United, sino que además se clasificó para octavos de final de la Champions League por primera vez en su historia, aunque no logró pasar de ahí tras su eliminación por el Barcelona.
Sin embargo, las buenas sensaciones del 2013 no parecen estar repitiéndose en el inicio de esta nueva temporada. El club celeste sólo ha conseguido seis victorias tras once partidos. No es que eso suponga que tenga una mala posición en la tabla. Actualmente es tercero con 21 puntos, pero normalmente la afición, cuando ve lo bueno, se acostumbra, y si la máquina hizo que el balón rodara tan bien hace apenas un año, es difícil vislumbrar las razones que hacen que en esta ocasión esas mismas piezas no cumplan su función del mismo modo.
En Liga, los de Pellegrini han ganado a equipos, a priori, fuertes como el Liverpool y el Manchester United, pero ha empatado con rivales de la zona alta de la tabla: Arsenal y Chelsea y otros de la zona baja: QPR (penúltimo en la clasificación). Cuesta trabajo entender esta situación cuando el City goza de jugadores como Agüero, máximo goleador de los suyos y también de la competición con doce tantos (haciendo la media le sale a un gol por partido).
En cuanto a la Champions, al City le tocó un grupo nada asequible y ha tenido que verse las caras con el Bayern de Guardiola, la Roma y el CSKA de Moscú. Después de una nada buena primera vuelta en la que los ‘citizens’ no han ganado ningún partido y son últimos en la clasificación, tienen bastante difícil el pase a octavos de final.
Todas esas variables han hecho incluso saltar el rumor de que ya se le estaría buscando una salida a Pellegrini. Como siempre, el primero en caer es el entrenador. Pero los conocidos también como ‘The Sky Blues’ tienen problemas más importantes. Se podría decir que el querer confeccionar un plantel a golpe de talonario ha hecho que la UEFA multe al club por romper el fair play financiero, lo que además de pagar la suma de 60 millones de euros, ha supuesto que la entidad sólo pueda inscribir a 21 jugadores (en lugar de 25) en la Liga de Campeones.
Así las cosas, aunque en la ciudad de Manchester, que sigue partida en dos en cuanto a lo que al balompié se refiere, empiezan a vislumbrarse los primeros indicios de la que puede ser una gran tormenta, Pellegrini tiene aún camino por delante para demostrar que lo conseguido la temporada pasada no fue sólo por la suerte del primer año. Si le dejan en plantilla, el ingeniero tiene buenas piezas y mucho fútbol detrás como para conseguir que su máquina vuelva a rodar y con ello contentar a los siempre exigentes aficionados ingleses.